lunes, 30 de septiembre de 2013

Virgen de la Cuesta




Desde que hace unos años, se restaurara la ermita dedicada a la Virgen de la Cuesta, Iglesiapinta y San Millán, las dos localidades que componen el Ayuntamiento de San Millán de Lara, se unen como antiguamente para dar gracias por las cosechas y los demás productos recogidos del campo, ya que la agricultura y la ganadería era las principales actividades de la zona.











Por ese motivo, el tercer sábado del mes de Septiembre, como cada año, los vecinos nos hemos reunido en la iglesia de San Millán de Lara, para acompañar a la Virgen, camino de la ermita, donde se celebra una misa en honor a Nuestra Señora de la Cuesta, para  luego regresar otra vez al pueblo, vecinos y dulzaineros acompañan a la Virgen rezando y cantando.


Para terminar el Ayuntamiento organiza un lunch, que une un poco más a vecinos y simpatizantes de ambas localidades.

martes, 9 de abril de 2013

Paseo a Jaramillo

 






Ha comenzado la primavera, con abundantes lluvias, aprovechamos que no llueve para dar un paseo por el pueblo, y nos decidimos por acercarnos a Jaramillo de La Fuente, salimos por el camino que nos lleva a la ermita de Iglesiapinta, y dejándola a la derecha bajamos hasta el río, siguiendo la antigua senda que se utilizaba para ir a Salas de Los Infantes.
Al llegar a Jaramillo nos recibe un antiguo molino de agua, y seguídamente nos encontramos con su bonita iglesia románica.
Salimos del pueblo por el camino de los campos, y rodeando el cerro giramos a la izquierda remontando el arroyo de Santa Lucia llegamos a las tenadas del cerro, lugar desde donde vemos ya el pueblo de Iglesiapinta.
Un bonito paseo de unos 12 km, que con estas lluvias toma unos matices singulares. 



En esta ocasion, durante este paseo que hemos realizado otras veces, nos vemos sorprendidos por los caprichos del abundante agua  que discurre por el campo, apareciendo y desapareciendo a su antojo.
Para ver la ruta pinchar en este enlace:



jueves, 27 de septiembre de 2012

Rincones

El chorro. Málaga.

Cuevas Bajas. Málaga

Antequera

Playa de Málaga

Playa de Málaga
Sierra de Gredos. Hoyos del Espino.

Los pilones del Jerte. Jerte.

jueves, 17 de mayo de 2012

UN POCO DE HISTORIA


En la zona alta del curso del río San Millán se ubica la población de Iglesiapinta que según todos los indicios tiene su origen en el poblado prerromano del Castroviejo. A partir de él se acabó formando un núcleo de población ya en época romana de cuya significación nos informan los restos de estelas y su abundante epigrafía.



El lugar estuvo desde muy temprano unido jurídicamente al monasterio de San Millán de Lara por lo que pasará a depender primero de Silos y más tarde de la catedral burgalesa. Parece que la población estuvo unida al alfoz de Lara permaneciendo dentro del mismo pero bajo la jurisdicción solariega del abad de San Millán. La primera referencia documental relativa a Iglesiapinta data del año 1156, es una mera alusión topográfica en un diploma de Arlanza cuando Sancho III dona a ese monasterio una dehesa en el término de Jaramillo de la Fuente. Sin lugar a dudas, el núcleo existía con anterioridad.
Para Luciano Serrano Iglesiapinta fue un lugar vinculado al monasterio de San Millán de Lara. También se cita en el libro de la Montería de Alfonso XI. Por el Becerro de las Behetrías, año 1352, sabemos  que era una población de abadengo del abad de San Millán.
En el censo de 1591-1594, la población Iglesiapinta estaba integrada en San Millán de Lara, por lo que estaba dentro de la actual provincia de Burgos, en las “tierras del Condestable” y dentro de “Salas de los Infantes”. Esta situación fiscal, organizativa y jurisdiccional perdurará prácticamente durante toda la modernidad.
Es de mayor significación para conocer la situación de Iglesiapinta, dentro de San Millán de Lara, sus fuentes económicas, las actividades y los oficios, el catastro de la Ensenada elaborado en el año 1752. El cuestionario y las respuestas abordan los elementos más señalados de cada población. Importa ante todo el “Libro Mayor de la Raíz” o el “Libro de personal”.
 A finales del siglo XVIII, en el año 1785, el conde de Floridablanca solicitaba al intendente de Burgos, información de las jurisdicciones de su provincia. Por esa pesquisa y a través de Diccionario o Nomenclator conocemos cuál era la situación de San Millán de Lara, inclusa en ella Iglesiapinta; San Millán de Lara era una villa de realengo, n el Partido de Can de Muño, y nuestra población debía tener similar consideración como barrio de San Millán.
Iglesiapinta se emplaza en un entorno claramente montañoso. Las no muy numerosas construcciones se ordenan alrededor de un gran espacio central que sirve de lugar de trabajo (era) y lugar de fiesta y estanca. Gran parte de ellas se adosan en hilera formando alargadas manzanas que flanquean este espacio central.
En la construcción de las viviendas domina la piedra, caliza o arenisca. En Iglesiapinta el predominio corresponde a una arenisca de fuertes tonos marrones rojizos, muy espectacular.


Lo habitual en todos los pueblos es que las casas más antiguas fueran de una sola planta, más tarde, generalmente en el siglo XIX, fueron sustituidas muchas de ellas por casas de planta y piso.
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La mayoría de los muros de piedra son de mampostería con piedras generalmente de tamaño medio o grande.
Las ventanas más antiguas son de tamaño pequeño, algunas auténticos ventanucos, y se configuran con cuatro gruesos sillares con la cara que da hacia el hueco muy bien tallada y sinuosa la que va a quedar haciendo cuerpo con el muro de mampostería. En Iglesiapinta quedan muchas ventanas de este tipo, destacando unas por el cromatismo de sus sillares de encuadre y otras por esa peculiar forma hemitrapezoidal de los sillares laterales de la ventana con la que parece querer asentárseles mejor en el muro.
Por lo que se refiere a las portadas en las viviendas predomina la adintelada con dintel y jambas de piedra. Los dinteles son poderosos bloques de arenisca, roca de fácil talla cuando sale de la cantera por su alto grado de humedad y que al secarse pierde peso.
El tejado puede ser a dos o cuatro aguas. El primero está presente en las manzanas de casas adosadas en hilera que lo tienen continuo; al final de una de esas manzanas la solución para el remate del tejado puede ser la forma triangular de sus dos vertientes o convertirse en un tejado “a tres aguas”.
La estructura de la casa suele estar formada por una serie de pies derechos de madera, muy a menudo el enebro o la sabina, sobre los que descansan las vigas; ellas son luego las que soportan trasversalmente las viguetas sobre las que se levanta el piso superior y en su caso el doblado.
Al fondo de la planta baja solían estar las cuadras del ganado vacuno o caballar que se empleaba en las tareas de labranza. En el centro la escalera con los primeros escalones de piedra, resguardada y defendida mediante una puerta. En la planta superior la estancia principal era la cocina que, como en todas las arquitecturas de montaña, jugaba aquí un papel trascendente. Es esta una estancia amplia de planta cuadrada o cuadrangular en la que se inscribe un octógono que sirve de apeo a la chimenea de campa de base circular. El hogar puede estar en el centro o adosado a uno de los muros, con un elemento de madera giratorio sobre el que coloca el “allar” o “llar” del que cuelgan algunos recipientes. En los muros suele haber adosados bancos con alto respaldo y una mesa plegable. La chimenea tradicional es de encestado con palos verticales y un cuidado entramado de mimbres recubierto de arcilla. Por el exterior está recubierta de tejas imbricadas.
El resto del espacio podía estar organizado en salas con las correspondientes alcobas. Era muy frecuente que en el fondo de la casa, sobre las cuadras, se reservara un espacio para almacenar hierba o paja, que se vertía directamente sobre la cuadra, desde el exterior solía introducirse a través de una puerta en altura que recibe el nombre de bocarón o butrón. Cuando había desván solía ser diáfano, sin ninguna compartimentación.
La Iglesia parroquial de San Miguel:
Las referencias de la presencia humana en el lugar se remontan a la prehistoria pero ahora nos importan sobre todo los restos de la época romana que documentamos en el propio templo parroquial de San Miguel; varias estelas funerarias del tipo Lara. El citado templo era una pequeña edificación de planta de salón, con muros de piedra sillería y cubierta de armazón de madera, parhilera. Se remata en ábside de planta cuadrangular con módulo y tripología de sillares que ponen de manifiesto que en época románica se ha reutilizado una edificación precedente modificando algunas de sus partes, elevando la altura y añadiendo un alero con canecillos románicos. Se cubre con bóveda de medio cañón apuntado. Se observa en todo el templo que se han utilizado materiales de construcciones tardorromanas o hispanovisigodas. No deja de ser indicativo que Madoz en su Diccionario, cuando habla de este templo, dice que es “de antigua construcción”, expresión que algo querrá decir porque no la utiliza ni mucho menos de forma generalizada.
Sobre el hastial se levanta la espadaña que presenta muros de piedra, dos cuerpos, el segundo con doble tronera de arco de medio punto. Al muro sur del ábside se adosa la sacristía de piedra sillería y cubierta de armazón de madera. Al muro sur de la nave se adosa una segunda edificación en la que se ubica la cilla y el atrio de acceso al templo que se alinea con la sacristía.
La forma del ábside, el tipo de sillares utilizados, lo mismo en la nave del templo, la presencia de restos de estelas romanas en los muros, además de otras encontradas en el entorno del templo, nos hacen sospechar que la actual cabecera, de formas románicas y parte de la nave, se levantan sobre una edificación anterior que debía corresponder al primer lugar de culto cristiano. La espadaña es ya de formas barrocas. A esa misma etapa constructiva debe corresponder la sacristía y la portada. Más reciente es el edificio adosado al muro sur.
La cornisa del ábside, norte y sur, se apea sobre sencillos canecillos de trazas y formas románicas. Vemos desde las formas geométricas hasta figuras humanas pasando por motivos animales como bustos de lobo, carnero, león, bóvido, etc.
La iglesia parroquial de San Miguel, advocación que delata la antigüedad, se levanta sobre un edificio precedente del que se utilizan no sólo los materiales, sino también parte del módulo constructivo, lo que nos induce a pensar que en época románica únicamente se recompone pero se mantiene en lo esencial la construcción precedente de trazas y formas tardoantiguas; se reacondiciona el ábside, se labran los canecillos y se eleva alguna hilada de altura precedente. Con posterioridad se introducen algunas reformas en la nave y se añadae la sacristía sin que ello suponga una alteración sustancial. El relieve no nos permite aproximarnos a la fecha de la obra románica, aunque muy bien pudiéramos estar en la segunda mitad del siglo XII.
El arte mueble lo integran los retablos y la pila bautismal. El primero de los retablos es una sencilla estructura de madera dorada. Es una obra que por las formas parece de mediados del siglo XVII.
El retablo número dos, inicialmente adosado al muro este del ábside, era una sencilla estructura de madera de formas clasicistas. Por las formas que presentaba nos parece que se podía datar en la primera década del siglo XVII. Destacaba el sagrario con relieve de Cristo resucitado en la puerta y dos hornacinas laterales que debieron tener las tallas de San Pedro y San Pablo.
El tercero presenta muchas similitudes con el número uno, también está enmarcado en un arco abierto en el muro, en este caso en el meridional.
La pila bautismal, similar a la de San Millán de Lara, presenta una copa de forma troncocónica invertida con decoración de acanaladuras que le dan un aspecto avenerado. Parece una obra del siglo XVII.












  

    
                                                             



















        

sábado, 31 de diciembre de 2011

LA MEJOR TARTA DE FRESA - RECETA


Para unas 12  personas



Un bizcocho con tres capas de unos 25 cm. de diámetro (puedes comprarlo o hacerlo)
Un bote de mermelada de fresa
Un litro de nata para montar
Sirope de fresa
Un kg de fresas frescas
Azúcar
¼ vaso coñac
Agua


Preparación

Hacemos almíbar para humedecer el bizcocho, para ello ponemos en una cazuela ¼ de vaso de coñac, ¾ vaso de agua y dos cucharadas soperas de azúcar, lo calentamos hasta que hierva y lo reservamos.

Cortamos 800 gr. de fresas en cuadraditos pequeños y los otros 200 gr. los cortamos en láminas para decorar.

Montamos la nata y le echamos azúcar al gusto.

Mezclamos aproximadamente 1/3 de la nata con las fresas cortadas en cuadraditos.
Mezclamos aproximadamente 1/3 de la nata con un chorro generoso de sirope de fresa.
El resto de la nata lo reservamos para cubrir la tarta.

Ponemos la primera capa del bizcocho sobre una bandeja y la humedecemos con el almíbar que hemos hecho antes, y echamos las fresas que hemos mezclado con la nata formando una gruesa capa.
Ponemos la segunda capa del bizcocho y la humedecemos con el almíbar, echamos la mermelada de fresa (reservando una pequeña parte del bote para dar brillo a las fresas de adorno) y sobre la mermelada echamos la nata que hemos mezclado con el sirope formando una capa.
Ponemos la tercera capa del bizcocho y la humedecemos con el almíbar, cubrimos la tarta con el resto de la nata montada, adornamos con las fresas cortadas en láminas y las abrillantamos con mermelada de fresa.

Metemos la tarta en el frigorífico hasta que la vayamos a servir.

martes, 20 de diciembre de 2011

III Ruta de Senderismo Tierra de Lara




IGLESIAPINTA
3 Octubre 2011




El pasado día, 3 de Octubre tubo lugar en Iglesiapinta la III Ruta de Senderismo Tierra de Lara, acompañados por un bonito sol, alrededor de 150 personas disfrutamos de un bonito día de otoño.


La ruta, que salio de Iglesiapinta, tiño de colores vivos los campos de esta localidad, visitando durante sus doce kilómetros praderas, campos de aulagas, bosques de matorral, y bosques con preciosos robles centenarios que hicieron disfrutar a los aficionados al senderismo.

Después de la ruta.....un lunch con todos los participantes...........
Y una paellita con los amigos.......

Un saludo y nos vemos en la próxima.....









domingo, 12 de junio de 2011

Puertas Abiertas


JORNADAS DE PUERTAS ABIERTAS "ALFOZ DE LARA"

Llevan siglos vigilando desde lo alto de sus torres cada uno de los rincones de los pueblos en los que se encuentran y si sus piedras y muros hablasen revelarían algunos de los secretos más sorprendentes de la comarca. Junto a sus paisajes y vecinos constituyen el patrimonio más importante de Tierra de Lara, sin embargo, se han acostumbrado a la soledad y a que la llave esté echada sobre ellas.

El pasado fin de semama, 14 y 15 de mayo, la Asociación Tierra de Lara, organizó las jornadas de Puertas abiertas de Iglesias, esta actividad, ya en su tercera edición, mantiene abiertas las iglesias durante todo el fin de semana,  donde los habitantes del pueblo explican a los visitantes, muchas veces con sus vivencias y anécdotas, la historia de su iglesia, la visita del pueblo y de la iglesia es  conplementada  con un concurso de pinchos que cada pueblo ofrece al visitante en su cantina o  local social.

Cada año La Asociación de tierra de lara, fortalece estas jornadas con actividades  complementarias a lo largo de los 32 pueblos que conforman esta asociación, como son repique de campanas, bailes regionales, representaciones de teatro y actuaciones musicales. Pero sin duda, las protagonistas de estas jornadas son las iglesias, que gracias a sus características se pueden clasificar en tres grupos que permiten crear tres rutas para facilitar su visita: la ruta del románico, la ruta de las iglesias rojas y la de iglesias blancas.

RUTA DEL ROMÁNICO

Los interesados en el arte románico podrían comenzar su visita por la iglesia de Vizcaínos, que tiene una esbelta torre y una galería portificada. Pertenece al último cuarto del siglo XII y es dependiente del segundo artista del convento de Santo Domingo de Silos. Tras Vizcaínos es parada obligada Jaramillo de la Fuente, cuyo templo está construido en la misma época que el anterior. Además de una bonita torre, conserva una elegante galería porticada, cuyo origen hay que buscarlo en la fría y lluviosa climatología serrana y la necesidad de cobijarse a la espera de las celebraciones religiosas. También hay que tener en cuenta que en el siglo XII era típico celebrar los concejos abiertos a las puertas del templo.
La iglesia de San Millán de Lara sería el próximo destino. Hoy en día permanece como una parroquia románica pero se desprende de documentos históricos que nos encontramos ante lo que fue una abadía y más tarde un monasterio dedicado al patrón de Castilla, San Millán. Tras San Millán espera Iglesiapinta, antes de llegar al pueblo nos saluda, a la derecha, y alejada del pueblo su iglesia, utilizando restos de una ermita anterior, nos encontramos con una iglesia de principios del siglo XII, prerromántica, austera, y como la mayoría, espoliada por los amigos de lo ajeno, que aun conserva estelas funerarias.

  En Rupelo su templo llama la atención por su bella ubicación, a las afueras del pueblo, tras pasar por un puente de piedra sobre el río Valparaíso y transitar por un estrecho camino. Después, se podría llegar hasta Lara de los Infantes, cuya iglesia fue monasterio perteneciente a Silos primero y a la catedral de Burgos después. La estructura del coro y el facistol son restos de época monacal. Dentro de esta ruta del románico también merece la pena visitar las iglesias de Cascajares y Jaramillo Quemado. La primera de ellas tiene propiamente románico el ábside, el muro norte y tal vez la pared hastial de poniente.

IGLESIAS ROJAS.
Este grupo de templos se caracteriza por el tipo de piedra de su exterior, una arenisca más rojiza. La ruta comenzaría en Palazuelos cuya iglesia fue terminada a finales del siglo XVIII sobre un templo anterior del siglo XIII y cuya construcción es esencialmente gótica. El camino prosigue por Villamiel, para ver su templo al que se llega por un camino empedrado. Tiene características del mundo tardogótico por lo que se cree que se levantó hacia mediados del siglo XVI. La siguiente parada tras Villamiel es Tinieblas que tiene un templo de una sola nave, basilical, con muros de piedra de sillería y cubierta de bóveda de medio cañón. Muy cerquita está Tañabueyes, donde su iglesia de Santa Eulalia de Mérida tiene un retablo anónimo cuya realización es mixta, pintura y escultura, de principios del siglo XVI, cuando el gótico ya agonizaba y el renacimiento comenzaba a ejercer su influencia.
El próximo punto a visitar sería Quintanilla Cabrera, cuyo templo tiene muchas similitudes con el de Villoruebo, que comenzó a construirse a finales del siglo XV. A este momento corresponden tanto el ábside como el tipo de bóvedas y de pilares y los contrafuertes, entre otras cosas. Tiene una segunda etapa de construcción en el siglo XVII que le aportan elementos barrocos y su torre, posiblemente de finales del XVIII tiene aires clasicistas.
Este recorrido finalizaría en Mazueco, cuya iglesia de San Torcuato se asienta sobre restos de un templo románico, del que persisten algunos canecillos y parte de los sillares. La obra actual parece definitivamente de finales del siglo XV.

IGLESIAS BLANCAS

Su color, más blanquecino, caracteriza a los 18 templos que completan esta ruta que comienza en Los Ausines, donde se pueden visitar tres iglesias en cada uno de sus tres barrios, San Juan Bautista, San Miguel y Santa Eulalia. La próxima parada sería Revilla del Campo, una obra que se puede definir como de cruz griega por las capillas funerarias añadidas. Por sus formas, que se mueven entre el tardogótico y el renacimiento, parece que esta monumental y espectacular iglesia comenzó a construirse en la primera mitad del siglo XVII. Su torre corresponde a una época posterior, por su estética barroca.
La iglesia de Quintanalara, de la misma época que la anterior, tiene tres naves y planta de gran salón y fue reformada en la década de los noventa. La visita prosigue por Torrelara, que conserva formas románicas de lo que fue un templo anterior para después hacer parada en PaulesTorrelara, que conserva formas románicas de lo que fue un templo anterior para después hacer parada en Paules, donde su iglesia se caracteriza por su sencillez tanto exterior como interior.
También se pueden visitar las iglesias de La Aceña y La Vega, hasta llegar a Campolara, una obra del barroco con formas churriguerescas. Después espera Villaespasa, con una iglesia construida con buena piedra sillar, entre dorada y cobriza. La idea es continuar por Mambrillas, para visitar la edificación en honor a San Juan Bautista, y por Hortigüela, que tiene un templo de fábrica gótica.
Quintanilla de las Viñas, donde también existe una ermita visigótica, sería la siguiente parada, para luego tomar dirección Cubillejo de Lara, Cubillo del César, Cuevas de San Clemente y Cubillo del Campo, donde finaliza esta ruta.